Cápac Ñan significado
La palabra Cápac Ñan o Qhapac Ñan, es una palabra quechua que significa “El Gran camino“, que está relacionado directamente al Gran Camino construido por los Incas que surcaba la zona andina de América del Sur de aproximadamente 8.500km, camino que en la actualidad pertenece al gran circuito turístico del Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. Este gran camino recorre todo el altiplano, surcando hermosos paisajes, hábitat y su difícil clima. Durante el trayecto podrán divisar llamas, alpacas, huanacos, águilas, el cóndor, pumas entre otros animales espectaculares.
Qhapac Ñan en el Tahuantinsuyo
Antes del Tahuantinsuyo culturas como Chavín, Mochica, Tiahuanaco y Nazca se expandieron hasta los andes y al parecer, este gran sistema vial de red de caminos tiene un origen preinca. (María Rostworowski)
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Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino
El Qhapaq Ñan refleja el alto nivel de organización de los Incas, quienes a través de esta red de caminos lograron expandirse sobre una de las geografías más accidentadas del mundo. Este “gran camino inca“, como se traduce del quechua, permitió al imperio llevar a cabo el comercio y la administración de sus territorios. Esta red vial conectaba todo el Tahuantinsuyo a través de lo que hoy son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, cruzando desiertos, zonas agrícolas, montañas y pantanos. Todas las rutas partían del Cusco, siendo la más importante la que se dirigía hacia Quito, la actual capital de Ecuador.
Los historiadores indican que el Qhapaq Ñan fue fundamental para la expansión política incaica, ya que facilitaba la rápida movilización de ejércitos y funcionarios estatales, así como el transporte de recursos valiosos como metales, conchas spondylus, madera, hojas de coca y textiles. A lo largo de los caminos se encontraban los tambos, recintos usados como albergues y depósitos para permitir a los viajeros descansar y guardar sus pertenencias. Estos tambos, generalmente rectangulares y con varios espacios independientes, variaban en tamaño: los más grandes incluían áreas residenciales, plazas y depósitos para hospedar al Inca y su séquito, mientras que los más pequeños servían de posada para los chaskis, los mensajeros del Tahuantinsuyo. La construcción de puentes fue crucial para el Qhapaq Ñan, permitiendo a los incas cruzar laderas, ríos y la accidentada geografía andina. Algunos puentes se hicieron de piedra, otros de madera, y también hubo puentes colgantes hechos de fibras vegetales, como el Q’eswachaka, considerado el último puente inca en uso hasta la actualidad. Los incas no fueron los únicos en construir caminos para conectar sus territorios; muchas de las rutas que integraron en su sistema vial fueron creadas por culturas anteriores. Según los estudiosos, estos caminos eran locales y conectaban centros sagrados o Wakas con pequeños poblados.
Algunos complejos arqueológicos de la cultura Wari, como Pikillaqta, tenían sistemas viales importantes. También hay evidencia de caminos preincaicos en el valle de Moche, en la costa norte del Perú, y en Lima, donde se construyeron caminos a lo largo del río Chillón, en Pachakamaq y en el valle del río Cañete. Estas rutas se conectaban con otras que llegaban a las zonas andinas e incluso a la Amazonía.